Hoy, cuando te levantes, enseguida ponete contento y estate seguro de que tu presencia le hace muy bien al mundo. No pienses en mañana ni en ayer,
¡ ¡ ¡ VIVI HOY ! ! !
No pienses tampoco en lo que puede estar pensando el resto de la gente, ya que si intentás hacer las cosas bien, con eso basta para que no importe el “que dirán”.
Tratá de hacer cosas que te den placer, y si podes encontrale, el placer a todas las cosas. Sobre todo a las más simples.
Ni se te ocurra preocuparte demasiado y mucho menos culparte por nada. Entendé que tu principal misión en la vida es ser feliz, y para eso, el amor y la humildad deben ser tus compañeros permanentes y te tienen que acompañar a todos lados.
Dale a tu mente ejercicio, a tus oídos buena música, a tu cuerpo alimento sano y dejá que tu corazón reciba amor. Te lo mereces y te va a hacer sentir bien.
Ponele justicia a tu vida interior y convencete de que como vos tratas de hacer las cosas bien, es justo que te vaya mucho mejor todavía.
Abrazá bien fuerte a los que queres y busca la forma de que lo sepan, a ellos les va a gustar saberlo. Cuando estés cansado, descansá, y dales a tu cuerpo y a tu mente la tranquilidad que necesitan.
Se libre y deja que los demás lo sean. Aceptar que los otros son como son, es un paso fundamental hacia la libertad.
Y a la noche, antes de dormir, habla con Dios o con vos mismo, y por primera vez pensá en el pasado y en el futuro. Analizá el día que pasó y proyectá el que vendrá. Eso ayudará a que mañana sea como hoy:
¡ UN DIA EN PAZ !
F.F.
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