Hace unos meses, tuve el inmenso privilegio de almorzar con el Dr. Tangalanga (cuyo verdadero nombre obviamente no puedo revelar), gracias a un amigo en común.
La verdad que es tan gracioso en persona como en las célebres grabaciones (con las que he llorado de la risa, literalmente), aún con sus 90 pirulos cumplidos este año.
Cuando nos despedíamos, le digo "Maestro, la verdad que fue un placer conocerlo", y me tiró un... "Si, si, pero por favor que no se repita". Un grande.
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Hace unos meses, tuve el inmenso privilegio de almorzar con el Dr. Tangalanga (cuyo verdadero nombre obviamente no puedo revelar), gracias a un amigo en común.
La verdad que es tan gracioso en persona como en las célebres grabaciones (con las que he llorado de la risa, literalmente), aún con sus 90 pirulos cumplidos este año.
Cuando nos despedíamos, le digo "Maestro, la verdad que fue un placer conocerlo", y me tiró un... "Si, si, pero por favor que no se repita". Un grande.
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